A VECES TE MIRAS Y NO TE VES, A VECES TE VES Y NO TE MIRAS.

Publicado el 13 de noviembre de 2024, 13:37

En la vida cotidiana, vivimos rodeados de espejos y pantallas. Nos miramos constantemente, ya sea en el reflejo de una ventana, en la cámara de un teléfono o en el espejo al lavarnos la cara. Sin embargo, ¿cuántas veces en realidad nos vemos? Hay una diferencia profunda entre "mirarse" y "verse".

Mirarse es el acto externo, inmediato y a menudo superficial de observar nuestro propio reflejo. Vemos el color de nuestra ropa, notamos algún cambio en nuestra apariencia, y nos aseguramos de que, en términos generales, todo esté "en su lugar". Mirarse es algo rápido, casi automático. Sin embargo, verse es un acto mucho más profundo; es detenerse y observar quién está realmente detrás de esa imagen.

Verse a uno mismo implica mirar más allá de la superficie, enfrentar nuestra propia mirada requiere valentía para aceptar tanto nuestras luces como nuestras sombras.

Pero llega un día que, por narices, te tienes que ver...

Todos tenemos algún momento en nuestra vida, normalmente doloroso (la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, un despido laboral, la traición de un amigo...), en el que no nos queda más remedio que vernos, sin máscaras, sin armaduras y es ahí cuando, aunque solo sea por un momento, abrimos una puerta hacia la autenticidad. Nos damos cuenta de lo que sentimos,  de lo que tememos, de lo que huimos, de lo que necesitamos y de lo que realmente deseamos. 

Y eso eres y eso somos...ese ratito! ¿Te gusta lo que ves? 

Coge un espejo y mírate, ¿te ves? 

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